Delimitar las necesidades y espectativas de los clientes y evidenciar nuestra garantía de poder cumplirlas
Establecer los procesos más adecuados y utilizar aquellos indicadores que nos permitan medir el progreso
Optimizar la gestión de los procesos y del sistema de gestión de la calidad para conseguir una mejora continua
Dar al cliente aquello que necesita y mejorando de forma continua nuestro sistema para obtener la mejor rentabilidad como empresa